La gastronomía sostenible tiene en cuenta el origen de los ingredientes, la manera de cultivarlos o cómo llegan a los mercados y finalmente, a nuestros platos. Se basa en una relación estrecha con la conservación y regeneración de nuestro entorno, a través de acciones como la apuesta por productos locales y de temporada, la reducción del desperdicio alimentario y la preferencia por ingredientes obtenidos con prácticas respetuosas con la naturaleza. En definitiva, es una forma de proveerse, cocinar y consumir los alimentos teniendo siempre en cuenta su impacto ambiental, social y económico.
Por todo ello, en diciembre de 2016 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 18 de junio como el Día de la Gastronomía Sostenible. Coincidiendo con esta efeméride queremos profundizar en este tipo de cocina, sus tendencias, su papel relevante en un mundo cada vez más preocupado por el medio ambiente y las acciones a emprender para sumarnos al movimiento de la gastronomía sostenible.
Beneficios de la gastronomía sostenible:
- Reducción de los gases de efecto invernadero. Optar por alimentos locales y de temporada hace de este tipo de cocina una gastronomía sostenible. Al necesitar menos trasporte, se reducen las emisiones de CO2. Además, los cultivos orgánicos evitan el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, lo que también reduce el impacto negativo en el medio ambiente y en la salud de los consumidores.
- Protección de los recursos naturales. A través de técnicas de producción agrícola más respetuosas se protege unos recursos que no son infinitos. La gastronomía sostenible promueve el conocimiento de la temporada de los productos y el respeto al ritmo de producción de la naturaleza.
- Favorece la subsistencia de los pequeños productores. Al apostar por el producto local y de temporada se garantiza la preservación de los pequeños cultivos y los puestos de trabajo de pequeños productores frente a las grandes multinacionales.
- Nutrición más saludable. Los productos utilizados por la gastronomía sostenible se recogen en el momento óptimo de madurez y llegan a nuestra mesa en el menor tiempo posible. Todo ello hace que los consumamos en su punto álgido de sabor y también de nutrientes beneficiosos para nuestra salud. Por otra parte, más allá de su calidad nutricional, este tipo de productos no contienen residuos químicos.
- Mayor respeto a la tierra y a la alimentación. Esta gastronomía se caracteriza por la preservación de las variedades locales de alimentos, contribuyendo así a la diversidad biológica y a una cultura gastronómica mucho más rica y respetuosa con el producto, con la tierra y con aquellos que la trabajan. Además, favorece la salud de los ecosistemas agrícolas, preserva la fertilidad del suelo y fomenta la diversidad.
- La gastronomía sostenible apoya y trabaja por la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030: “hambre cero, salud, bienestar, producción y consumo responsables, acción por el clima y la vida de los ecosistemas terrestres.
Pautas para promover una gastronomía sostenible
El objetivo de conseguir una gastronomía cada vez más respetuosa con el entorno, el producto y los propios consumidores no es solo responsabilidad de los restaurantes y los establecimientos hosteleros. Cada uno de nosotros podemos ayudar a alcanzar esta meta, siguiendo algunas recomendaciones:
- Compra productos locales y de temporada. No solo contribuirás a conseguir esa gastronomía sostenible y respetuosa con el medio ambiento, sino que ayudarás al desarrollo económico de tu región.
- Reduce el desperdicio de alimentos. Planifica tus menús. De este modo no almacenarás más productos de los que realmente vas a utilizar y no tendrás que acabar tirándolos cuando se pongan malos. Y, si eres propietario de un restaurante, opta por técnicas de cocina innovadoras que ayudan a maximizar el aprovechamiento de los alimentos y a la reducción de los residuos.
- Lleva un seguimiento de las fechas de caducidad de todo aquello que guardes en la despensa o en la nevera.
- Recicla y apuesta por por proveedores y productos que hagan el menor uso posible de los plásticos.
- Consume productos ecológicos. Para que no te den “gato por liebre”, busca aquellos que están identificados con el logotipo ecológico de la Unión Europea.
- Utiliza ingredientes olvidados y autóctonos que promuevan la conservación de la diversidad biológica y cultural de tu zona.
- Si formas parte del sector de la restauración, participa de una gestión sostenible y creativa de los recursos, utilizando estrategias de economía circular y colaborando con otros actores de la cadena alimentaria, para aprovechar al máximo los recursos disponibles. Así mismo, apuesta por la oferta de platos basados en proteínas vegetales para promover una dieta más sostenible y saludable.
