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EL DESPERDICIO CERO COMIENZA EN NUESTROS PROPIOS HOGARES

Cada europeo genera casi 5.000 kilos de residuos al año. Esta cifra parece que no casa con la conciencia creciente de la necesidad de reducir al máximo los desperdicios. Tal vez es porque no somos conscientes de que conseguir el desperdicio cero comienza en nuestras propias casas. La idea central del movimiento “Zero Waste”, que cada día cuenta con más adeptos en todo el mundo, es reducir, reutilizar y reciclar de una manera eficaz, para conseguir controlar la contaminación y el agotamiento de los recursos naturales. Se trata de todo un reto, pero reducir los deshechos es mucho más sencillo de lo que se puede pensar y basta con poner en práctica pequeños cambios que no modificarán drásticamente nuestros hábitos.

Racionaliza tus compras

El primer paso para adoptar un estilo de vida “cero desperdicios” es reducir la cantidad de productos que compramos, especialmente aquellos que generan residuos innecesarios. Evita comprar productos desechables o con excesivo empaque y opta por aquellos reutilizables, de bajo impacto y a ser posible, a granel. Gestos como cambiar las bolsas de plástico por las de tela o sustituir los envases de plástico por frascos de vidrio o de acero inoxidable, minimiza los residuos al tiempo que mejora la calidad y conservación de los productos que almacenamos en casa.

Además, la compra de productos locales y de temporada es otra excelente forma de apoyar la economía local y reducir la huella de carbono que se genera durante el transporte de los alimentos y productos desde largas distancias. Por otra parte, la agricultura local suele utiliza menos productos químicos, lo que se traduce en una producción y consumo mucho más saludable y ecológica.

Reducción de los plásticos

La reducción del plástico en el consumo doméstico merece un capítulo a parte, por su gran impacto negativo en el medioambiente. Para conseguirlo podemos implementar diferentes estrategias como las siguientes:

  • Evita el uso de productos de uno solo uso
  • Compra a granel
  • Usa botellas reutilizables
  • Opta por productos sin plástico o con empaques reciclables
  • Utiliza bolsas reciclables
  • Reduce el uso de envases de plástico en el hogar

Reutiliza

Es otro de los grandes pilares de un hogar sostenible. Antes de tirar algún objeto o producto, pregúntate si puedes reutilizarlo o transformarlo en algo útil o que se pueda consumir. La comida sobrante se puede transformar en otra receta para el día siguiente; los frascos de vidrio pueden servir para almacenar otros productos e incluso como jarrones u otros objetos de decoración o los muebles viejos se pueden restaurar y darles otro uso. Al fomentar la reutilización contribuyes decisivamente a la reducción de residuos y promueves entre los tuyos una mentalidad mucho más creativa y eficiente.

Recicla

El reciclaje debería ser considerado como el último recursos para llegar al cero desperdicio. Es decir, antes de reciclar, debemos haber agotado todas las posibilidades de reducir y reutilizar los productos y enseres que hemos adquirido. Una vez llegados a este punto, es fundamental seguir las pautas y asegurarnos de que separamos correctamente los materiales y productos y los depositamos en los contenedores correctos, para maximizar la efectividad del reciclaje.

También puedes optar por compostar los residuos orgánicos que se producen en tu hogar. Por ejemplo, puedes utilizar los restos de frutas y verduras para generar abono natural para tus plantas o jardín. De este modo, no solo ahorras dinero, sino que reducirás considerablemente el volumen de basura que generas.

Ahorra energía y recursos

El ahorro de energía y agua es otro aspecto fundamental para proteger nuestro medioambiente. Adoptar prácticas sostenibles en nuestro hogar, va más allá de gestionar nuestros residuos. Es vital que también nos centremos en optimizar el uso de los recursos. Aprovecha la luz natural siempre que sea posible; apaga las luces que no sean necesarias; utiliza electrodomésticos de bajo consumo y utilízalos siempre cuando estén llenos; destierra los largos baños y opta por duchas cortas o reutiliza el agua que te sobre de fregar o la que dejas correr mientras consigues que se caliente, para la cisterna o para regar las plantas.

Y si vives en una zona lluviosa te animamos a utilizar sistemas de recolección de agua de lluvia. Una excelente alternativa para realizar tareas de limpieza o regar, que reducirá considerablemente nuestra dependencia del agua potable.

En resumen, si bien es cierto que conseguir une estilo de vida “Zero Waste” es todo un desafío en una sociedad basada el el consumo masivo, con sencillos gestos y un decidido compromiso es posible. Se trata de un proceso gradual, que comienza con decisiones conscientes, que van desde lo que compramos a cómo gestionamos los recursos o cómo ponemos en prácticas tareas como la reutilización o el reciclaje. Pequeñas acciones con las que, si todos las ponemos en práctica, conseguiremos un mundo mucho más sostenible y responsable.