Mejora tus finanzas, evita gastos superfluos, incentiva el ahorro y contribuye a tu paz mental y felicidad. Hablamos del minimalismo, un movimiento que se basa en vivir con lo menos posible, descartando todo aquello que no aporta nada positivo y quedándose solo con lo que realmente nos importa, nos beneficia y nos hace felices. De esta manera solo invertiremos nuestro esfuerzo, tiempo y dinero en lo que de verdad vale la pena, evitando así gastos innecesarios y excesivos.
Pero, como podrás imaginar, el minimalismo es mucho más que un concepto, es una forma de vivir que requiere de un cambio de hábitos y que se perfecciona con el tiempo. En un mundo cada vez más consumista, donde se nos bombardea constantemente con publicidad de productos que aseguran acercarnos cada vez más a una vida perfecta, apuntarte al minimalismo no es una tarea fácil. Comprar por inercia y no por necesidad es una tendencia consolidada, pero, si consigues revertirla, te beneficiarás de múltiples ventajas.
Ventajas del minimalismo
Cantidad por calidad
Al tiempo que vas adquiriendo hábitos minimalistas descubrirás que no solo compras menos, sino que además lo que compras es de mayor calidad. Así, todo aquello adquirido dura mucho más y te da muchas más prestaciones.
Mejora de las finanzas personales
Sí, como hemos señalado anteriormente, el minimalismo te ayuda a ahorrar, unas de las grandes beneficiadas serán tus finanzas. De hecho, la premisa indispensable para poder invertir es contar con dinero ahorrado. Por tanto, el minimalismo bien aplicado contribuirá a la buena salud de tu economía a largo plazo.
Paz mental
Si practicas el minimalismo llenarás tu vida de actividades, objetos y personas que te gustan y te hacen feliz y dejarás de lado todo aquello que te resta, te preocupa y te roba un tiempo valiosísimo que deberías dedicar a lo primero. De este modo, comprobarás que tu vida es ahora mucho más plena y feliz y esto se refleja en la salud de tu cuerpo y fundamentalmente de tu mente.
Tus sueños más cerca
Cuanto más practiques el minimalismo mejor sabrás diferenciar entre las cosas que de verdad te dan valor y felicidad y las que realmente no son importantes. Al no gastar en estas últimas, tu dinero irá creciendo y lo podrás invertir en aquel viaje, objeto, inmueble o sueño que hasta ahora veías inalcanzable.
Inversiones más productivas
Tener claro qué cosas son importantes y realmente positivas te ayuda a combatir uno de los grandes males y peligros de todo inversionista: el miedo a perder. El minimalismo y su máxima de que lo material no es lo primordial te ayuda a prepararte para esa posibilidad y al tener el miedo controlado podrás tomar decisiones con la cabeza y no con las emociones. En el mismo sentido, al “sanar” tus ansias compradoras serás capaz de reflexionar antes de decir dónde invertir y no adquirir el primer producto que se te ofrezca. Así, las posibilidades de realizar una inversión ventajosa serán mucho mayores.
Más tiempo para las personas
Un estilo de vida más sencillo, en el que nos liberamos de todo aquello que no nos aporta nada positivo, nos deja más tiempo para dedicarle a lo que en realidad importa, es decir, a las personas. Ganar más y más dinero para consumir cada vez más ha pasado a un segundo plano, dejado mucho más espacio al cuidado y la atención de nuestros seres queridos.
Cómo poner en práctica el minimalismo
Si te hemos convencido y estás dispuesto a comenzar una vida minimalista, lo primero que debes hacer es descubrir qué es lo realmente necesario para ti y qué te hace verdaderamente feliz. Con esto claro, el siguiente paso será deshacerte de todo aquello que no cumple ni la primera ni la segunda premisa y, por último, a partir de ahora, todo aquello que compres deberá ser necesario y contribuir a esa felicidad tan anhelada. Con un poco de paciencia y si sigues los siguientes consejos, comprobarás que hacer del minimalismo un hábito no es tarea tan complicada.
Orden
Como hemos dicho lo primero es deshacernos de todo lo que no necesitamos y para conseguirlo tendrás que atreverte con una limpieza masiva de tu hogar. Habitación por habitación y armario por armario debes analizar concienzudamente qué usas y qué no y donar o deshacerte de todo aquello que ya no tenga utilidad. También cuentas con una posibilidad que puede suponer un dinero extra nada desdeñable: vender todo aquello que no utilizas y que está en buen estado.
Control del gasto
Es fundamental que descubras cuánto gastas y en qué estás invirtiendo tu dinero. Averiguarlo es tan sencillo como rastrear los movimientos de tus cuentas bancarias. También pueden ser muy útiles algunas apps que te permiten organizar todos tus gastos. Y si pruebas con ello y te ves incapaz de conseguirlo, es posible que necesites ayuda de algún terapeuta o especialista en minimalismo. En las plataformas también encontraras muchos documentales sobre el tema que te pueden ayudar. Se trata de que, a partir de ahora, cuando vayas a comprar algo, pienses si de verdad lo necesitas. Un buen método para no caer en la compra compulsiva es posponer un día la decisión de combarlo. Así tendrás tiempo de reflexionar sobre su utilidad real.
Evita las compras compulsivas
Es fundamental adquirir buenos hábitos de consumo y para ello deberás realizar un pequeño “trabajo de investigación” para descubrir en qué cosas has “tirado” tu dinero en los últimos años. Por ejemplo: pregúntate cuántas veces has leído la palabra oferta y has entrado a comprar algo que ni necesitabas, ni has utilizado, ni te ha aportado nada realmente positivo. Rebajas, ofertas y otras tácticas publicitarias nos generan necesidades irreales a las que no tenemos que sucumbir.
Rechaza el materialismo
Enfoca tus esfuerzos en personas y experiencias. Viaja, haz deporte, invierte en el ocio con tus seres queridos y no en tener el último móvil, el coche más potente, mil millones de aparatos electrónicos o el armario más exclusivo. Comprobarás que lo que te hace feliz son las personas y las experiencias enriquecedoras y placenteras que con ellas compartes, no los objetos.