En este momento estás viendo MANTÉN TUS FINANZAS DOMÉSTICAS SANEADAS CON UN PRESUPUESTO FAMILIAR EFICAZ

MANTÉN TUS FINANZAS DOMÉSTICAS SANEADAS CON UN PRESUPUESTO FAMILIAR EFICAZ

Existe una regla de oro que sustenta toda economía familiar: que los gastos nunca superen a los ingresos. Una máxima, muchas veces difícil de cumplir, pero que deberíamos seguir a rajatabla si no queremos encontrarnos con un serio problema económico. Para evitarlo, cuentas con una herramienta super eficaz, que te ayudará a mantener saneadas las finanzas domésticas: un presupuesto familiar. Gracias a este presupuesto sabrás en qué gastáis el dinero. Podrás decidir qué desembolsos son necesarios y prescindir de los que no los son. Tendrás la capacidad de reducir o eliminar las deudas y de apartar una cantidad mensual para ahorrar o para destinarla a un fondo de emergencias. En definitiva, conseguirás vivir de acuerdo a tus posibilidades económicas, garantizando así la estabilidad de las cuentas de tu familia en el futuro.

Cómo elaborar un presupuesto familiar

Los pilares de un buen presupuesto familiar son la reducción del gasto y la capacidad de sacar el máximo partido a nuestros ingresos. Objetivos, difíciles pero factibles, que puedes conseguir siguiendo cinco pasos:

1. Listado de ingresos

Es la base de todo presupuesto: saber con qué ingresos cuenta nuestra familia. En esta primera parte de nuestro presupuesto deberemos indicar las entradas de dinero, tales como la nómina, los dividendos de tu empresa o la pensión de la Seguridad Social (en el caso de los jubilados) o el paro (en el caso de que estés desempleado). 

Concretamente deberás tener en cuenta:

  • Ingresos profesionales: sueldos, pagas extra, bonus, propinas o indemnizaciones.
  • Pensiones: jubilación, invalidez, prestación por desempleo, pensión alimentaria o viudedad.
  • Ingresos financieros: intereses de cuentas y depósitos, dividendos o alquileres cobrados.
  • Otros ingresos, como subvenciones.

2. Listado de gastos

Si los gastos superan a los ingresos durante varios meses estaremos abocados al endeudamiento. De hecho, nunca deberían superar el 90% de los ingresos, para dedicar el restante 10% al ahorro.

Para conseguirlo, es fundamental conocer todos nuestros gastos, del más pequeño al más grande. Debemos identificar todas las salidas de dinero, desde los pequeños desembolsos diarios a los regalos, las vacaciones, las compras navideñas o las rebajas. 

Es fundamental recopilar tiques y recibos, resguardos y facturas para que nuestro presupuesto cuente con la mayor cantidad de información posible. En el caso de que haya algún gasto del que no tengas información exacta, deberás incluirlo utilizando una cantidad estimada lo más ajustada posible a la realidad.

3. Recortar gastos

Si tu familia gasta más de lo que ingresa es fundamental reducir esos gastos. Una ardua tarea en la que te puede ayudar definitivamente un buen presupuesto. Una vez que conozcas todos los gastos mensuales, deberás analizarlos y distinguir en tres categorías:

A. Gastos fijos obligatorios. Suelen mantener un importe similar todos los meses y debemos pagarlos obligatoriamente. Hablamos de gastos como el alquiler, la hipoteca, los préstamos o los gastos de comunidad. El pago de estos gastos ha de ser prioritario pues, de no hacerlo, podrías acumular gastos de demora, tener dificultades para obtener un préstamo en el futuro, por tener un historial crediticio deudor, e incluso perder la vivienda o afrontar juicios y demandas

B. Gastos variables. Comida, ropa, suministros. Son gastos imprescindibles en la vida diaria pero que sí podemos reducir, comprando productos más baratos, controlando los consumos energéticos, cambiando coche por transporte público o moderando la temperatura del aire acondicionado o la calefacción.

C. Gastos discrecionales. Son todos los desembolsos que sí podemos eliminar: comidas fuera de casa, vacaciones, ocio, actividades extraescolares etc. 

Para conseguir que tus ingresos superen a tus gastos deberás decidir qué gastos del segundo y tercer grupo puedes reducir o eliminar.

4. Modificar el presupuesto inicial

Cuando ya hayamos decidido qué gastos vamos a recortar, es el momento de redactar un nuevo presupuesto con el que consigamos que, al menos, los ingresos superen en un 10% a los gastos. Es decir, el presupuesto con el que contamos para cada mes no deberá supera nunca el 90% de los ingresos familiares.

Este presupuesto se deberá actualizar mes a mes, para que se ajuste a la realidad cambiante y podamos alcanzar nuestros objetivos de ahorro. Tener el presupuesto al día es fundamental, especialmente durante el primer año en el que se pone en marcha, pues todavía no tendremos identificados todos los gastos que se producen a lo largo de 12 meses.

5. Implica a toda la familia

Cada miembro de la familia debe conocer el dinero con el que se cuenta para pasar el mes, qué gastos no se pueden eludir, en qué vamos a ganar el presupuesto y qué gasta cada uno. Todos deben colaborar para conseguir unas finanzas familiares saneadas y hacer posible el ahorro. Incluir a tus hijos es la mejor manera de enseñarles autocontrol en el gasto, la importancia de ahorrar y gastar con responsabilidad y la satisfacción de poder comprar algo que deseabas, gracias al sacrificio de haberte privado de una compra en un momento determinado.