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OCHO CONSEJOS PARA CONSEGUIR UNA TEMPERATURA AGRADABLE EN TU COCINA 

Te guste o no cocinar, lo cierto es que en verano se puede convertir en una ardua tarea. Con la subida de las temperaturas la cocina se convierte en la estancia más sofocante de la casa. Al calor exterior y a la incidencia de los rayos del sol se une el calor que desprenden los electrodomésticos o los fogones. 

Utilizar ventiladores o aire acondicionado puede ser una solución, pero te puede salir muy cara. Por ello, hoy te proponemos ocho sencillos consejos con los que podrás conseguir un ambiente agradable sin disparar el consumo energético y la factura de la luz.

1. Ventila

Si ventilar es necesario en cualquier época del año, en verano todavía más. Para mantener el aire de cualquier estancia limpio es fundamental renovar el aire periódicamente, de cinco a 15 minutos. Durante los meses de más calor es recomendable que esta ventilación se lleve a cabo a primera hora de la mañana o por la noche, cuando las temperaturas son más bajas. 

Y cuando el calor aprieta, justo lo contrario. Aunque pueda parecer contradictorio, cerrar las ventanas y bajar persianas o estores es la única forma de impedir que los rayos solares entren y puedas así mantener tu casa lo más fresca posible.

2. Las persianas son tus aliadas

Los elementos verticales como persianas, toldos, cortinas o mallorquinas se convierten en verano en uno de los mejores aislantes del calor. Durante las horas de mayor incidencia del sol, cerrarlas protegerá tu cocina de las altas temperaturas. Una fantástica opción es utilizar persianas venecianas, ya que bloquean los rayos solares sin impedir que circule el aire, manteniendo así un ambiente más fresco. Eso sí, no olvides abrir la ventana para que ese aire pueda pasar. 

Por tanto, si juegas con las ventanas y las persianas, según los momentos de más o menos sol o de temperaturas más o menos altas, mantener tu cocina fresca te será mucho más fácil.

3. Ventiladores y aire acondicionado

Como hemos visto, jugar con la ventilación, según las horas más o menos frescas, es tu mejor opción. Pero, si las temperaturas son demasiado altas y este método no funciona, puede que tengas que recurrir al aire acondicionado o a los ventiladores. Estos aparatos eléctricos son, obviamente, muy eficaces para bajar la temperatura, pero recuerda que si abusas de ellos la factura de la luz puede subir hasta el infinito.

4. Apaga los electrodomésticos y reduce el consumo de luz eléctrica

Siempre que sea posible ilumina tu cocina con luz natural. La luz eléctrica no solo aumenta el gasto energético sino también la temperatura de cualquier estancia. 

Del mismo modo, apaga todos los electrodomésticos que no estés utilizando. Y aquellos que son imprescindibles, como el lavavajillas o la lavadora, es mejor utilizarlos a primera hora de la mañana o a última de la tarde, para evitar que desprendan calor a la hora que las temperaturas son más altas y nos es más difícil refrescar nuestra cocina. 

En cuanto al frigorífico o el congelador, está claro que no podemos apagarlos pero sí regular su temperatura para adecuarla a la época del año y conseguir que su motor no trabaje de más y emita más calor.

Y si vas a renovar tu cocina, te aconsejamos que optes por la placa de inducción, ya que solo genera calor en el recipiente que apoyamos sobre ella y permite controlar la temperatura de cocción de manera mucho más precisa.

En cuanto a otros electrodomésticos como los robots de cocina, son muy prácticos, pero también son una gran fuente de calor.

5. Colocación de la campana extractora

La campana extractora se debe colocar siempre justo encima de la placa de cocción, para que pueda aspirar todos los vapores del cocinado y el calor que desprenden. Además, es muy aconsejable que esté situada al lado de una ventana o debajo del extractor y no olvidarnos nunca de apagarla cuando no estemos cocinado.

6. Cocina con las ventanas abiertas

Al cocinar es muy recomendable contar con ventilación. Aunque tengamos una buena campana extractora, siempre hay parte del vapor que se queda en el interior de la cocina, provocando que suba la temperatura de la misma. Al abrir las ventanas todo el vapor que no absorba la campana saldrá al exterior, evitando que se cargue el ambiente.

7. Pon una planta en tu cocina

Las plantas pueden ser nuestras grandes aliadas a la hora de mantener una temperatura adecuada en nuestra cocina. Cuando hace mucho calor, liberan agua hacia la atmósfera y nos ayudan a regular la densidad del aire. O lo que es lo mismo, al equilibrar su nivel de humedad consiguen refrescar el ambiente. Las más recomendables son aquellas de follaje denso, como el Aloe vera o los lirios. También las hierbas aromáticas, como el romero, el orégano o el tomillo, hacen la misma función y además, las podemos usar para cocinar.

Colocar una enredadera en la fachada de casa también funciona como barrera contra el calor.

8. Tiempo de recetas frías

Si una ventaja tienen el verano, a la hora de cocinar, es que lo que apetece son platos fríos que nos ayuden a refrescarnos. Por tanto, aprovecha los meses de más calor para minimizar el uso de tu cocina, horno o robots. Los menús a base de ensaladas, frutas, cremas o fiambres fríos no solo nos ayudarán a sentir menos calor por dentro, sino que nos permitirán ahorrar energía, reducir la factura de la luz y mantener una agradable temperatura en nuestras cocinas.