Si hay dos acontecimientos que han marcado, marcan y marcarán la sociedad actual, estos son el cambio climático y la pandemia. Ambos han trasformado nuestra forma de vida, pero su influjo va mucho más allá, afectando también a todos los sectores de nuestra economía. Entre ellos y muy especialmente la construcción, que se ha visto obligada a adaptarse a las nuevas necesidades de sus clientes, así como a las de un entorno cada vez más amenazado. El cuidado del medioambiente se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de cada proyecto o promoción, haciendo que los conceptos “arquitectura” y “sostenible” vayan necesariamente de la mano.
En Firmus Homes, el compromiso con el entorno y la búsqueda constante de una eficiencia energética hace que la sostenibilidad en la edificación se convierta en una prioridad absoluta en todos nuestros proyectos.
En qué consiste la construcción sostenible
Pero, ¿en qué consiste la construcción sostenible? Para contestar a esta pregunta hay dos conceptos básicos:
- El análisis del entorno, que nos lleva a hacer un minucioso estudio del lugar en el que se va a realizar el proyecto, las condiciones de su clima, del terreno, la biodiversidad o las corrientes de agua cercanas o subterráneas. Un estudio relevante para desarrollar de la forma más eficiente posible nuestra edificación.
- Aprovechamiento de los recursos naturales. El uso eficiente del agua, el sol, el aire o los materiales naturales como la madera sostenible y local, es una premisa básica de una arquitectura sostenible, que apueste por un diseño inteligente, un perfecto aislamiento, la eficiencia energética y en definitiva, la responsabilidad y el cuidado de nuestro entorno.
Tendencias en arquitectura sostenible
Con estas dos premisas claras, nacen las nuevas tendencias en construcción sostenible. Una arquitectura con la que Firmus está plenamente comprometida y que apuesta por espacios en los que se integre la naturaleza dentro de los edificios, que aproveche sus recursos y utilice materiales y métodos de construcción sostenibles, al tiempo que intenta reducir al mínimo el daño que causa la actividad humana en al medio ambiente.
Innovación energética
El empleo de fuentes renovables está cada vez más extendido y se convierte en prioritario en aquellos lugares en los que el sol o el viento son protagonistas. Si bien el aprovechamiento de la energía eólica todavía no está generalizado, la utilización de la energía solar se ha convertido en una de las fórmulas más eficaces para reducir consumos en entornos luminosos. La colocación de paneles fotovoltaicos es ya un elemento fundamental de cualquier construcción sostenible.
En lo que a innovación energética se refiere, la necesidad de reducir los consumos de calefacción y aire acondicionado ha llevado al sector a impulsar proyectos cuyo diseño maximice la superficie y el tiempo en el que el sol incide en cada superficie, para poder recoger y aprovechar la energía de la casa.
Aprovechamiento de las nuevas tecnologías
La innovación tecnológica también ha llegado al campo de los materiales de la construcción. Es el caso de los materiales de mayor rendimiento térmico, que generan menos residuos, o las pinturas resistentes a las técnicas de desinfección, que garantizan una mayor duración de los acabados, incluidos aquellos que están sometidos a limpiezas exhaustivas, como es el caso de la pandemia.
Luz natural
Si hay una tendencia que está marcando la arquitectura actual, esa es la de los espacios interiores abiertos y los grandes ventanales. Podríamos decir que casi es una exigencia, pues no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que es vital para reducir el consumo energético de sus hogares o lugares de trabajo. Las construcciones sin a penas tabiques interiores y conectadas con el exterior son mucho más eficientes energéticamente, ya que permiten un aprovechamiento óptimo de la luz natural. Circunstancia que también tiene un efecto altamente positivo en nuestro estado de ánimo y bienestar.
Materiales sostenibles en el diseño de interiores
Más allá de las técnicas utilizadas, nuestro compromiso con la sostenibilidad pasa necesariamente por la utilización de materiales respetuosos con el medioambiente en el diseño de nuestros interiores. Es el caso del corcho, con importantes propiedades aislantes; los metales como el acero o el aluminio, que presentan tasas de recuperación para el reciclaje que van del 98 al 100%; la madera, conocida por su eficiencia como aislante térmico, su reciclabilidad o sus bajas emisiones contaminantes o las pinturas naturales a base de cal, arcilla o vegetales, libres de elementos químicos nocivos que, además, son más duraderas, resistentes a la humedad y se ensucian menos.
Materiales sostenibles para la construcción y rehabilitación
Los materiales usados, tanto para construir cómo para rehabilitar, han de caracterizarse por su durabilidad, pues solo así se garantizará la conservación de las infraestructuras durante el mayor tiempo posible. Es el caso del hormigón, que además cuenta con una alta resistencia a los agentes climatológicos desfavorables, aumentando el aislamiento térmico. Los productos sostenibles de la construcción deben ayudar también en la captación de la luz solar, para reducir la necesidad de iluminación eléctrica, ser fácilmente reciclables y tener el menor impacto asociado a su transporte. Es por ello que es aconsejable emplear productos locales o de kilómetro cero.
Aislamiento térmico
Los edificios son responsables del 40% del consumo energético y de más de un 36% de las emisiones contaminantes. De aquí la necesidad de poner el foco en el acondicionamiento de las fachadas y paredes interiores que permitan un óptimo aislamiento térmico. La inversión en materiales aislantes y soluciones constructivas eficaces para las fachadas, no solo permiten un importante ahorro energético, sino que suponen una reducción de las facturas energéticas y mejoran la calidad de vida y el confort de quienes habitan nuestras casas.
Rehabilitación sostenible
Se trata de recuperar edificios antiguos que requerían un gran consumo energético, con el objetivo de reducir este y con él su impacto nocivo en el medioambiente. Hay que tener en cuenta que, según datos de la Unión Europea, tres de cada cuatro edificios de la Unión se construyeron antes de que existiera normativa alguna sobre la eficiencia energética. Todo ello redunda en un consumo exagerado de energía y en la emisión masiva de gases de efecto invernadero. Por tanto, la rehabilitación eficiente supone no solo un ahorro económico y energético, sino también una mejor calidad de vida, salud y confort.