¿Quieres tener un armario digno de Marie Kondo, la gurú planetaria del orden? Si tu respuesta es sí, solo tienes que vencer tu pereza y seguir los sencillísimos trucos que te damos en este post. Si los pones en práctica, comprobarás que poner orden en tus armarios no solo es mucho más fácil de lo que pensabas sino que también hace tu día a día mucho más sencillo, calmado y práctico.
1. Hazlo de una. Si te has mentalizado de que tienes que ordenar tus armarios no lo hagas por partes. Elige un día que tengas tiempo y ordénalos todos de una vez. No solo evitarás dejarlo a medias sino que te será mucho más fácil tener una visión general de todo lo que tienes y de cómo ordenarlo.
2. Adiós a lo que ya no utilizas. Si llevas años sin usarlo no comenzarás a hacerlo ahora. Por tanto, la primera y fundamental premisa para conseguir poner orden en tus armarios es deshacerte de lo que ya no usas. Siguiendo las enseñanzas de Marie Kondo, deberías desechar todo aquello que no te hayas puesto durante el último año.
3. Clasifica por temporadas. Verano, invierno, entretiempo… Cada prenda tiene su temporada de uso y por tanto, un momento en que debe ser protagonista en tu armario. Por ello, antes de comenzar a ordenar, deberás clasificar tu ropa por temporadas. Si tienes suficiente espacio, puedes colocarla en diferentes armarios o en diferentes zonas de tu armario o vestidor. Y si éste no es tu caso, deberás guardar en cajas la ropa que no vayas a usar.
4. Las categorías mandan. Saber dónde encontrar cada prenda que necesites es uno de los objetivos fundamentales del orden de tus armarios. Para ello, las colocarás en grupos de prendas como camisas, jerséis, pantalones, faldas, etc. Un segundo paso es hacer “subgrupos”. Es decir, ordena cada grupo de prendas por colores. Esto facilitará la elección de los conjuntos o las prendas que vayas a utilizar en cada momento determinado, además de dar una imagen mucho más agradable a la vista.
5. Dobla y guarda la ropa de forma que puedas verla. Debes poder coger cada prenda sin tener que sacarlas todas. La manera más fácil, pero curiosamente la menos utilizada, es el doblado en vertical. Si te atreves a probarlo, comprobarás cuan práctico y sencillo es. Conseguir la mayor visibilidad posible para todas las prendas del armario es crucial para que no haya prendas que terminen olvidadas en un rincón.
6. Utiliza percheros. Tanto para las prendas largas como para todas aquellas que más se arrugan, es fundamental contar con percheros dentro de tus armarios. Un truco muy útil es colocar barras a diferentes alturas. Así podrás aprovechar cada centímetro de tu espacio. Una opción muy eficaz es utilizar varillas de tensado, como las que se usan para las cortinas, pues son fáciles de instalar, ajustar y quitar.
7. Qué doblar y qué colgar. Cuelga las prendas que tengan un tejido, como el algodón o el lino, que se arruga fácilmente. En general, las camisas, faldas, vestidos, chaquetas o pantalones se mantienen mejor en perchas. Por el contrario, las prendas de punto o los polos y camisetas, confeccionados con materiales más resistentes, se guardan perfectamente dobladas.
8. Ganchos y percheros. Pretender meter todo en tus armarios puede ser misión imposible. Por eso, te recomendamos que aproveches al máximo el espacio de la pared, utilizando ganchos y percheros en los que podrás colocar corbatas, bufandas, gorros, bolsos o sombreros. También puedes colocar los ganchos en la parte posterior de la puerta del armario para así aprovechar el espacio al máximo y tener tus accesorios ordenados y a la vista.
9. Las perchas marcan la diferencia. No hay nada que de peor imagen que un armario con cien clases de perchas diferentes. Las perchas son la clave de un armario en armonía. Por tanto, deberán ser del mismo material, de las mismas tonalidades y de calidad, para que no marquen, enganchen o manchen la ropa. Las de terciopelo o madera son las idóneas, pero la elección también depende de las prendas que vayas a colgar. Si hay poco espacio y mucha ropa deberás decantarte por pechas finas, pero si tienes mucho sitio o si las prendas son muy pesadas, con las de madera no te equivocas.
10. Espacio asignado para los zapatos. Si no tienes un armario zapatero debes asignar un lugar en tu armario para los zapatos. Colocarlos debajo de la ropa, sin más, no solo da una sensación de desorden sino que incluso pueden impregnar de olor al resto de prendas. Lo ideal es colocar baldas en la parte inferior del armario, pero también puedes recurrir a un estante ligero y resistente y a ser posible, que esté inclinado, pues así ahorrarás más espacio. Las baldas retráctiles o los cajones sin parte frontal son otra estupenda opción, pues te permiten organizar todos tus zapatos en la esquina más alejada del armario pero manteniéndolos a la vista.
11. Usa etiquetas. Lo más fácil es colocar todas aquellas prendas, zapatos y accesorios que no usamos en cajas y guardarlos sin más. Siempre creemos que la próxima temporada recordaremos perfectamente qué había en cada caja, pero lo cierto es que la experiencia nos demuestra que eso nunca es así. Por ello, dedica solo unos instantes de tu tiempo de orden a poner etiquetas. Puede que ahora te robe algún minuto, pero será mucho mayor el tiempo que te ahorre cuando vayas a cambiar el armario de temporada.
12. Atrévete con un baúl. Si cuentas con poco espacio en tu habitación una elegante y práctica opción puede ser un baúl antiguo. Además de dar un toque retro muy atractivo a tu decoración, te servirán para guardar las prendas de otra temporada, abrigos, zapatos o ropa de cama, al tiempo que hacen las veces de banco o mesita de noche.